viernes, 19 de febrero de 2010

Ecoinnovación: motor de la UE para el futuro

Según el Sectoral Innovation Watch (Observatorio de la Innovación Sectorial) de Europe INNOVA, la ecoinnovación debería considerarse una fuerza motriz, que determina el enfoque de la UE respecto a los mercados del futuro y constituye una oportunidad de oro.

En la quinta y última reunión del Sectoral Innovation Watch de Europe INNOVA celebrada en Bruselas en abril de 2008 se formularon las conclusiones del trabajo de grupo realizado en los dos últimos años y medio. Presidida por Sebastian Gallehr, la conferencia fue una buena ocasión para presentar y después debatir los resultados del grupo y las políticas recomendadas. El Sectoral Innovation Watch permite que los representantes políticos y las partes interesadas comprendan mejor los impulsos, obstáculos y retos del sector para la innovación en la UE.

Las conclusiones principales se centraron en la convicción de que la ecoinnovación no debería considerarse un simple sector, y aplicarse en relación con la ecotecnología. Este concepto debería considerarse más bien «un eje transversal» o «una fuerza motriz» para el futuro, un elemento que influirá en la visión que la UE adopte respecto a los mercados del futuro. La Comisión resaltó que todo ello constituye una oportunidad de oro para la UE.

Teniendo en cuenta la naturaleza limitada de los recursos no renovables, es importante resaltar la necesidad de introducir medidas de eliminación gradual, que cambien el sistema económico con una reducción del uso de recursos no renovables. La ecoeficiencia, o «mercado ecológico», es una tendencia global, lo que sugiere que las empresas competitivas se mueven en la dirección correcta.

Para conseguir lo que se percibe como ecoinnovación hace falta un mensaje claro de los responsables políticos, porque básicamente las decisiones políticas serán un factor determinante.
En términos de recomendaciones políticas, las políticas públicas deberían apoyar la ecoinnovación teniendo en cuenta su coste integrado y reconociendo que puede llegar a ser más rentable si se asimilan los costes externos (costes institucionales y de transacción). También se requiere una normativa que establezca unas normas más ambiciosas para la aplicación tecnológica. Y, sobre todo, el grupo resaltó el importante papel que la contratación pública tendría en el proceso, y destacó la influencia de las pequeñas y medianas empresas (PYME) como fuente de soluciones ecoinnovadoras.

Papel de las políticas sectoriales

El fomento de la innovación es básico para que con la estrategia de Lisboa la UE se convierta en la economía mundial más competitiva, dado que es un factor esencial para que una empresa, un sector, una región o un país puedan seguir siendo competitivos.

Sin embargo, los grandes objetivos cuantitativos, como el objetivo que la UE se impuso en Barcelona, el compromiso de aumentar en un 3 % la inversión en investigación antes de 2010, tienen un valor limitado en la comprensión de la dinámica más compleja de los sistemas modernos de innovación y en la elaboración de una orientación política. Y es así porque los diversos países no se encuentran en la misma fase de desarrollo económico, especialización industrial y necesidad de innovación; y las industrias no se encuentran en el mismo nivel de conducta innovadora, oportunidades tecnológicas y de mercado y sensibilización respecto a los cambios en el entorno empresarial general.

Aunque el Sectoral Innovation Watch identificó algunos modos claros de innovación sectorial que justificarían unas políticas especificas para cada sector, la interacción entre las políticas nacionales de innovación y el rendimiento de la innovación sectorial indica que son los Estados miembros quienes deberían tomar la iniciativa.

El estudio de políticas llevado a cabo por el Sectoral Innovation Watch sugiere que existen muchas medidas para la innovación dirigidas a determinados sectores, pero en general son bastante difusas. Esto sugiere que los recursos para apoyar la innovación a escala sectorial están más bien dispersos y que una mayor coordinación entre Estados miembros, y entre los Estados miembros y la Unión Europea, permitiría agrupar esos escasos recursos innovadores.

También debería investigarse hasta qué punto las medidas específicas para sectores determinados tienen en cuenta cómo se complementan y se compensan diferentes problemas. «Nuestros análisis indican que el desarrollo de políticas sectoriales debería ser de gran prioridad para las TIC» comenta Andreas Reinstaller del Instituto de Investigación Económica austriaco. «Aunque hay muchas medidas políticas dirigidas a las TIC, no se han pensado específicamente para dicho sector.» Además, este sector ha perdido impulso respecto a Estados Unidos y Japón.

«Muchas medidas políticas afectan a la biotecnología, la ecoinnovación y las "gacelas" (PYME de muy rápido crecimiento), pero estos sectores siguen siendo bastante difusos», añade. «El sector de la alimentación y el aeroespacial se enfrentan a muchos problemas. Pero en los Estados miembros ya existen medidas políticas en marcha para ayudar a estos sectores. Por lo tanto, la necesidad de intervención política es limitada.»

Más información:

Conclusiones del proyecto Sectoral Innovation Watch

jueves, 18 de febrero de 2010

Metodología para la eco-innovación en el diseño para desensamblado de productos industriales

En esta memoria de tesis se presenta la metodología de eco-innovación ECOINDES. Esta metodología tiene el fin de generar nuevos conceptos de producto más respetuosos con el medio ambinete a partir del diseño para desensamblado. ECOINDES se basa en un método de generación de conceptos denominado DESTRIZ y en dos métodos de evaluación ambiental:

  • Eco-EPI (Eco- Evaluación del Potencial Innovador), y

  • PR-EOL (End-Of-Life de Producto).

La generación de concetos (método DESTRIZ) se sustenta a su vez sobre dos pilares:


  1. el diseñopara desensamblado o diseño para desensamblaje (DFD), y

  2. la metodoogía TRIZ (acrónimo ruso de la Teoría de Resolución de Problemas Inventivos).

El DFD se emplea como punto de partida para la innovación.

El impacto ambiental se obtiene aplicando los métodos Eco-EPI y PR-EOL desarrollados en las tesis. Con Eco-EPI se selecciona el concepto más eco-innovador, y finalmente con PR-EOL se evalúa la mejora ambiental del producto en diferentes escenarios de EOL.

La metodología ECOINDES se ha validado aplicándola en una lavadora de la empresa Fagor Electodomésticos S.Coop.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Eco-innovación: cuando sostenibilidad y competitividad se dan la mano

Javier Carrillo-Hermosilla; Pablo del Río gonzález; Totti Könnölä
Editorial Hampshire Palgrave Macmillan, 2009
272 páginas

La eco-innovación considera el impacto que las actividades económicas tienen en nuestro medio ambiente, al tiempo que explora nuevas vías hacia un desarrollo más sostenible.

El concepto de eco-innovación es abordado respecto a la competitividad y la sostenibilidad, desde las perspectivas tanto de los gestores empresariales como de los gobernantes en este estimulante libro.

martes, 16 de febrero de 2010

Ecoinnovación

El concepto de ecoeficiencia fue acuñado en 1992 por las compañías pertenecientes al World Business Council for Sustainable Development. Pretende la creación del mayor valor con el menor impacto ambiental. La ecoeficiencia es en definitiva una filosofía de gestión que permite guiar y medir el desempeño ambiental de las empresas y otros agentes en su actividad económica. La ecoinnovación lleva al progreso de la ecoeficiencia. Consiste en nuevos (o modificados) procesos, técnicas, sistemas, productos y servicios que evitan o reducen el daño ambiental.

Las innovaciones que favorecen al medio ambiente pueden ser catalogadas en dos grandes grupos:
  1. tecnologías ambientales “limpiadoras”, como las de etapa final (end-of-pipe, EOP) y otras tecnologías de tratamiento del problema ambiental una vez que éste ya se ha producido;

  2. tecnologías ambientales “más limpias”, que implican la búsqueda, ex ante al problema ambiental, de procesos de producción y productos más limpios.
La tecnología limpia es preventiva, mientras que la tecnología limpiadora tan sólo es curativa.

Actualmente, la mayor parte de las inversiones en equipo para el control de la contaminación en los países industrializados (en torno al 80%) se dedica a tecnologías EOP. El problema de estas “soluciones”, además de su discutible eficacia en términos ambientales, es que son costosas y no añaden valor a los bienes producidos.

El segundo grupo, las tecnologías limpias, ofrecen en definitiva mayores beneficios para las empresas y para la sociedad en su conjunto.

Un tercer tipo más amplio de ecoinnovación, que en cierto modo contendría una combinación de los dos grupos anteriores, sería la ecoinnovación sistémica, consistente en amplios cambios en los sistemas de provisión de bienes y servicios y/o en la gestión de los residuos en un país o región.

Los beneficios sociales de la ecoinnovación parecen evidentes. También ayuda a fomentar la competitividad de las empresas. En Europa, competitividad y sostenibilidad se dan la mano en el Plan de Acción de Tecnologías Ambientales (ETAP) adoptado por la Comisión en enero de 2004. Este ambicioso plan, dotado con un presupuesto total de 23.676 millones euros en el período 2004-2008, pretende fomentar las tecnologías ambientales dentro de la UE y globalmente, explotando su potencial tanto para mejorar el medio ambiente como la competitividad en Europa.

Adicionalmente, el Programa Marco para la Innovación y la Competitividad 2007-2013 dedica una quinta parte de su presupuesto total a la promoción de la ecoinnovación. La ecoindustria europea factura en torno a 200 mil millones de euros al año, alrededor de un tercio del mercado mundial, da empleo a cerca de 2 millones de personas y muestra tasas de crecimiento en torno al 5% anual desde mediados de los noventa.

La transición hacia tecnologías más limpias puede ser lenta y costosa, tal vez frustrante en el corto plazo. No muchas empresas podrán permitirse liderar esta transición. Lo que parece evidente es que pocas podrán elegir mantenerse al margen de ella.

Fuente: IE Business School · 28/06/2007