jueves, 10 de abril de 2008

Tenemos la obligación de cambiar el mundo.


Cuando era pequeño, lloraba cuando mis amigos aplastaban hormigas o destripaban lagartijas.

A los 14 años hacia instancias en mi ayuntamiento para pedir contenedores de recogida selectiva y explicaba a mis padres como tenían que separar la basura, meterla en el coche y llevarla a Barcelona donde ya existía la recogida selectiva, si no lo hacían me enfadaba con ellos.

Soy miembro y he participado en diferentes entidades y proyectos siempre medioambientales.

A los 28 años, cree compostadores.com para cuidar el medio ambiente mediante la fabricación de unos compostadores domésticos que convierten la materia orgánica generada en cada casa en compost (abono para las plantas, el jardín, etc.). Ahora tengo 34 años y el equipo actual lo forman 15 personas que triplicaremos en 4 años.

Este año iniciaré dentro de la asociación de jóvenes empresarios de Catalunya www.aijec.es un proyecto para ambientalizar las empresas con el objetivo que vean los temas ambientales como innovación y como inversión de presente y futuro, no como un gasto o como un trámite a cumplir.

Me siento orgulloso de poner mi granito de arena para cambiar el mundo, por eso después de casi seis años de frenética actividad empresarial he decidido sumar esfuerzos para multiplicar resultados en este objetivo global.

He impulsado la integración de la empresa en un proyecto industrial que permitirá reciclar miles de toneladas de plásticos y otros residuos que no tienen valor para las demás industrias e iban a parar a vertederos o incineradoras. Estos residuos los vemos como recursos valiosos y nos servirán para construir compostadores que a su vez servirán para reciclar miles de toneladas de materia orgánica. El resultado ambiental será un ahorro en emisiones de CO2 y otros gases contaminantes además de todo el beneficio también económico que representa para la sociedad.

Tengo una hija preciosa de 18 meses y pienso aún más en su futuro, en como podemos arreglar todo lo que se ha llegado a estropear. Pienso que si cada uno de nosotros nos instruimos para educar mejor a nuestros hijos, les abrimos una enorme ventana de esperanza y futuro apasionante y sostenible.

Por todo esto y mucho más, me decidí a embarcar en este proyecto que me fascina, hablar con la gente y ver que realmente hay tantas personas en todo el planeta interesadas en ecoinnovar es realmente muy emocionante, por que hoy por hoy …… “el futuro está en nuestras manos”